Me levante a las 12 pero no era medio día ni hora de almuerzo, aun era mañana y me pude dar un buen baño de agua caliente después de varios días. Empezaban las eliminatorias al mundial (que actualmente se juegan) y Argentina debutaría con Chile en el Monumental, por lo que me quede en casa viendo el partido por Fox Sports, afortunadamente María tenia cable y pude ver la narración local, bastante acomodada por cierto. Ella se había quedado tomando hasta la madrugada por lo que dormiría todo el día.
Me salí de la casa después de escribirle a Jane, pero esta vez con María, íbamos a almorzar a un restaurante barra libre de todo tipo de carne. Era un restaurante en medio de un centro comercial, bastante elegante, donde comimos bastante y gratis, ya que ella tenia una invitación pendiente que se habían ganado en la casa, yo de colado salí ganando y pude probar cosas muy ricas.
Después de estar completamente llenos, fuimos hasta la casa, pero solo era una parada mí. Repose un rato y ya estaba listo para salir nuevamente, me fui a conocer algo mas de la ciudad ya que afortunadamente ya me habían dado algunas indicaciones, así que no hubo mayor inconveniente de irme solo. Me baje del bus de pura suerte donde debía. Camine por toda la famosísima Avenida Corrientes, mirando las personas, almacenes y tiendas pero lo que mayor impresión me dio fue la cantidad de teatros. A los dos lados de la calle encontraba persona que me entregaban volantes de obras que se desarrollarían ese día, desde grandes montajes hasta espectáculos de Stand-up Comedy.
Corrientes circula en un solo destino y por aquel me deje llevar, camine hasta llegar al Obelisco, lugar de reunión espontánea de marchas triunfadoras de hinchadas futbolísticas que algunas veces vi por la televisión. Al ver la gente que estaba allí pude darme cuenta que yo debía ser el único turista que se atrevía a estar a esa hora. El obelisco esta ubicado en el centro de la Avenida 9 de Julio (¿la avenida mas ancha del mundo?) por lo que hay lugar donde sentarse a mirar el monstruoso y blanco monumento, era bonito pero no me llego como lo imaginaba, lo había encontrado sin buscarlo.
Ya era tarde, estaba bien oscuro y además tenía mucha hambre. Seguí caminando hasta encontrar un lugar donde comer, muy poca gente andaba por ahí ya que los teatros estaban cerrados por lo que decidí devolverme, de nuevo me encontraba con el obelisco, pero ya lo miraba con confianza, seguí caminando por corrientes disfrutando la vista y cayendo en cuenta el obelisco estaba en frente de mis narices desde el momento que me baje del bus. Me metí a un Cyber a escribir y llamar a Jane antes de partir a encontrarme con mi anfitriona.
Llegué a la dirección que María me había dado, era un edificio viejo con un gran corredor donde al final había una taquilla y una puerta. Camine hasta allí y una señora me dijo que costaba 8 pesos, no los quise pagar sin saber si ellos aún estaban ahí. Le pedí el favor que me dejara entrar a ver si estaban mis amigos, solo me dejo asomarme y cuando lo hice no vi a nadie, además que vi una imagen que no me pareció para nada llamativo. Decidí salir a llamar, pero antes me fui a dar una vuelta, termine caminando hasta el Soho, que vendría a hacer como la zona rosa de Bogotá, muchos sitios de rumba y restaurantes, era sábado y el ambiente estaba prendido, había mucha gente y muchos autos parqueados a lado y lado de la calle. Ande por ahí 2 horas y cuando quise volver a buscar a María estaba completamente perdido.
Trate de ubicarme y por fin llegue eran como las 3 AM y afuera estaban discutiendo “la chica palai” con el muchacho de la noche anterior, los salude y no tuve mas remedio que pagar y entrar. Era un gran salón con muchas mesas alrededor, la gente bailaba tango y otros tipos de música. Me senté en la mesa con María y me presentaron a algunos de sus amigos, incluido su mejor amigo y su novio Mariano. Todos bailaban menos yo, eran las 5 AM y ya estaba cansado, habían unos viejitos decrépitos que bailaban mucho mejor que todo lo que podría bailar yo.
La gente abandonaba el lugar y nosotros también, era muy tarde y estaba cansado, pensaba que ya íbamos a la casa pero no era así. Fuimos como a un instituto y el sótano había tremenda fiesta, parecían las 12 de la noche, todo el mundo estaba feliz y enrumbadísimo, me sorprendió bastante, la gente bailaba tango y murga, me asome a ver a una rubia como simpática, pero me aburrí y me senté, duramos una hora allí.
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