Desperté temprano, tenía una cita con el S en el terminal de buses a las 11 AM para encontrarnos con CH que venia desde Córdoba, C me hizo desayuno y me acompaño. Era un día bastante soleado, nos sentamos en el suelo a esperar mientras me contaba sobre los programas televisivos de moda. Allá viene un flaco, si es el S, que alegría, nos damos un abrazo enorme, es increíble lo que esta pasando, los presente y luego ella nos dejo solos.
Nos sentamos en un restaurante a tomar cerveza Escudo, sentía una emoción inédita, hablábamos del partido, me contaba su llegada a Santiago y la fe que tenía en el equipo. Recuerdo en medio de la charla mirar por la ventana y ver un panorama totalmente desconocido, fue reconfortante se me alegro el corazón. CH nos encontró, habían pasado ya bastante tiempo y nos habíamos olvidado de él. Nuevo brindis con él pero ahora con Cristal. Nos encontró gracias a P, ahora deberíamos esperarla a ella.
Después de las respectivas presentaciones salimos a caminar, teníamos muchos deseos de tomar más cerveza, por lo que P nos sugirió ir al Barrio Universitario, caminamos cerca de una hora por toda la Av. Alameda, a estas alturas yo andaba algo prendido. Llegamos a una casa, era un bar y la cerveza era realmente barata, nos dimos cuenta de lo mucho que nos habíamos gastado en el terminal. Con cada botella de litro nos daban un pequeño plato de "cabritas" (maíz pira).
Convencimos a P que nos acompañará al hotel donde Millonarios se hospedaba, por ello debíamos tomar el Transantiago (Transmilenio bogotano) dirigiéndonos al paradero una simpática chilena nos hizo una encuesta de galletas, nosotros no lo tomamos en serio y yo bastante prendido termine bailándole el pirulino.
El hotel era bastante lejos, el sector parecía ser uno de los mejores de la capital chilena, pocos carros circulaban y podíamos caminar con tranquilidad. Al llegar vimos un bus amarillo enorme, era el bus que transportaría a Millonarios, el S se subió de una, nosotros no pudimos, yo salude a Lucho, el fotógrafo de la pagina oficial y al presidente López, le comentamos que veníamos desde Bogotá. Pocos minutos después salio Mario Vanemerack, ídolo embajador y técnico del equipo, nos saludo cordialmente y permitió sacarnos unas fotos con él. Mientras tanto P le hacia ojitos al ex capitan (Juan Carlos Quintero) que desde el bus la miraba. El bus ya casi se iba, por lo que le preguntamos al presidente si nos podían acercar al centro, Vanemerack se negó y nos bajo. Hablamos con otros hinchas que estaban allí, realmente no tenían un buen aspecto, nos dijeron que habían venido en bus, nosotros no le creímos. El bus arranco y paro en la esquina, faltaban dos jugadores.
El gerente deportivo salio y le pedimos si nos podía acercar hasta el centro, esta vez él acepto y nos subió a los 4 a la van. La camioneta se fue detrás del bus, pero al rato se perdió, recorrimos calles y avenidas en medio de una lluvia ligera. Paso casi una hora sin que nos bajaran, cuando nos dimos cuenta que estábamos llegando al estadio monumental, nos miramos con una sonrisa disimulada, estábamos entrando a reconocer el estadio. No podíamos ser más afortunados, hacíamos parte de la delegación embajadora.
El estadio del Colo Colo no correspondía al termino Monumental, sin ser feo era un estadio cuadrado, y a mi no me gustan los estadios cuadrados. Esa noche enfrentaban al Everton de Viña del Mar con un equipo suplente y aproximadamente 15000 hinchas alentándolos,la tribuna popular estaba llena, "Garra Blanca" la barra brava colocolina no paraba de cantar, nosotros no les entendíamos nada. Solo en una ocasión todos los asistentes gritaron con entusiasmo su famoso canto nacionalista: "Chi Chi Chi, Le Le Le, soy de Chile... no se que mas". Las demás tribunas eran amplias y bastante organizadas, el partido era malo. Nos sentamos en lo que sería occidental general y jugamos a imaginarnos en el lugar donde se ubica la hinchada visitante. S compro un pito, no se dio cuenta lo costoso que era hasta que nos contó. El partido se acabo y nos sacaron, desafortunadamente no pudimos quedarnos a ver el reconocimiento de la cancha realizada por los jugadores.
Caminamos hasta un gran centro comercial ubicado al lado del estadio, entramos por el centro comercial y vimos a muchos hinchas de los albos decepcionados por el 2 a 2 del partido buscando su respectivo carro. Era enorme, bastante simpático, íbamos para el supermercado Jumbo donde compraríamos algo para comer cuando llegáramos a casa. Allí vendían el famosísimo choripan. El S tenía que irse al lugar donde se estaba quedando a dormir, pero P le ofreció la casa, de esta manera los tres podríamos quedarnos en un solo sitio y planear bien lo que haríamos al día siguiente. De esta manera esperamos casi una hora en la estación del metro de Pedreros mientras S fue hasta el otro extremo de la ciudad por sus maletas.
Nos sentamos en un restaurante a tomar cerveza Escudo, sentía una emoción inédita, hablábamos del partido, me contaba su llegada a Santiago y la fe que tenía en el equipo. Recuerdo en medio de la charla mirar por la ventana y ver un panorama totalmente desconocido, fue reconfortante se me alegro el corazón. CH nos encontró, habían pasado ya bastante tiempo y nos habíamos olvidado de él. Nuevo brindis con él pero ahora con Cristal. Nos encontró gracias a P, ahora deberíamos esperarla a ella.
Después de las respectivas presentaciones salimos a caminar, teníamos muchos deseos de tomar más cerveza, por lo que P nos sugirió ir al Barrio Universitario, caminamos cerca de una hora por toda la Av. Alameda, a estas alturas yo andaba algo prendido. Llegamos a una casa, era un bar y la cerveza era realmente barata, nos dimos cuenta de lo mucho que nos habíamos gastado en el terminal. Con cada botella de litro nos daban un pequeño plato de "cabritas" (maíz pira).
Convencimos a P que nos acompañará al hotel donde Millonarios se hospedaba, por ello debíamos tomar el Transantiago (Transmilenio bogotano) dirigiéndonos al paradero una simpática chilena nos hizo una encuesta de galletas, nosotros no lo tomamos en serio y yo bastante prendido termine bailándole el pirulino.
El hotel era bastante lejos, el sector parecía ser uno de los mejores de la capital chilena, pocos carros circulaban y podíamos caminar con tranquilidad. Al llegar vimos un bus amarillo enorme, era el bus que transportaría a Millonarios, el S se subió de una, nosotros no pudimos, yo salude a Lucho, el fotógrafo de la pagina oficial y al presidente López, le comentamos que veníamos desde Bogotá. Pocos minutos después salio Mario Vanemerack, ídolo embajador y técnico del equipo, nos saludo cordialmente y permitió sacarnos unas fotos con él. Mientras tanto P le hacia ojitos al ex capitan (Juan Carlos Quintero) que desde el bus la miraba. El bus ya casi se iba, por lo que le preguntamos al presidente si nos podían acercar al centro, Vanemerack se negó y nos bajo. Hablamos con otros hinchas que estaban allí, realmente no tenían un buen aspecto, nos dijeron que habían venido en bus, nosotros no le creímos. El bus arranco y paro en la esquina, faltaban dos jugadores.
El gerente deportivo salio y le pedimos si nos podía acercar hasta el centro, esta vez él acepto y nos subió a los 4 a la van. La camioneta se fue detrás del bus, pero al rato se perdió, recorrimos calles y avenidas en medio de una lluvia ligera. Paso casi una hora sin que nos bajaran, cuando nos dimos cuenta que estábamos llegando al estadio monumental, nos miramos con una sonrisa disimulada, estábamos entrando a reconocer el estadio. No podíamos ser más afortunados, hacíamos parte de la delegación embajadora.
El estadio del Colo Colo no correspondía al termino Monumental, sin ser feo era un estadio cuadrado, y a mi no me gustan los estadios cuadrados. Esa noche enfrentaban al Everton de Viña del Mar con un equipo suplente y aproximadamente 15000 hinchas alentándolos,la tribuna popular estaba llena, "Garra Blanca" la barra brava colocolina no paraba de cantar, nosotros no les entendíamos nada. Solo en una ocasión todos los asistentes gritaron con entusiasmo su famoso canto nacionalista: "Chi Chi Chi, Le Le Le, soy de Chile... no se que mas". Las demás tribunas eran amplias y bastante organizadas, el partido era malo. Nos sentamos en lo que sería occidental general y jugamos a imaginarnos en el lugar donde se ubica la hinchada visitante. S compro un pito, no se dio cuenta lo costoso que era hasta que nos contó. El partido se acabo y nos sacaron, desafortunadamente no pudimos quedarnos a ver el reconocimiento de la cancha realizada por los jugadores.
Caminamos hasta un gran centro comercial ubicado al lado del estadio, entramos por el centro comercial y vimos a muchos hinchas de los albos decepcionados por el 2 a 2 del partido buscando su respectivo carro. Era enorme, bastante simpático, íbamos para el supermercado Jumbo donde compraríamos algo para comer cuando llegáramos a casa. Allí vendían el famosísimo choripan. El S tenía que irse al lugar donde se estaba quedando a dormir, pero P le ofreció la casa, de esta manera los tres podríamos quedarnos en un solo sitio y planear bien lo que haríamos al día siguiente. De esta manera esperamos casi una hora en la estación del metro de Pedreros mientras S fue hasta el otro extremo de la ciudad por sus maletas.
Llegamos nuevamente a casa, P nos preparo "completos" (perros calientes) que compartimos con una nueva marca de cerveza. Gracias a mi talento en “Piedra, Papel y Tijera”, no tuve que compartir cama con nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario