Salimos de la casa y pude ver la infraestructura del lugar, el edificio contenía pequeñas casas y era muy bonita y antigua, no la había visto por la oscuridad de la noche, pero ahora que era de día me daba cuenta de la arquitectura. Los tres nos dirigiríamos a Borda, un hospital psiquiátrico donde Kershak divulgaría su problema de salud alegando que era un peligro para sí mismo y así obtener algún tipo de tratamiento que le ayudara. Al llegar allí pude observar como un enfermo se arrodillaba ante un busto de Evita a rezarle, me asusto mucho y me pegue a Diego por si pasaba algo, uno nunca sabe con los locos. Sí lo sabre yo.
Los encargados no aceptaron las razones de Kershak, salimos indignados y resignados nuevamente a la casa, diego y yo hablábamos de música y recordábamos a Fantomas (me acorde de mi héroe), teníamos un gusto parecido, fue chévere. La casa de Kershak estaba ubicada en el barrio Constitución, un lugar humilde de mucho comercio y hasta una plaza de mercado pude ver. La gente hasta ahora se dirigía a sus trabajos, yo iba a su casa por mis cosas para partir hacia la de María.
Cuando llegué me regañaron por no avisar que no iría en toda la noche, ya era medio día y
bastante apenado me daban almuerzo. Me dispuse a hablar nuevamente con Jane haber que pasaba, las cosas empeoraron y luego mejoraron, el alma me volvió al cuerpo. Salí a encontrarme con María en Palermo, allí compraríamos las cosas que ella quería enviarle a mi hermano y a una amiga y yo algunas de las que le llevaría a mi familia, amigos y Jane. Recorrimos todo el sector incluyendo algunas de las calles que hace dos noches había recorrido con Kershak, la vista era totalmente diferente, era un buen día y veía muchas chicas bonitas. De hecho, esa noche habíamos pasado por un centro comercial donde había un Mc Donalds abierto las 24 horas, me acorde de Juliana a.k.a huesitos y me la imagine sufriendo en los tipos de horario que ese restaurante debe tener para sus empleados. Allí también era el restaurante Locos por el Futbol. Le pedí a Maria que me ayudará a conseguir una torta para llevar a su casa en forma de despedida y agradecimiento por tantos días de posada y por el trato tan bueno que me dieron.
Fui por mis maletas y me despedí de todas, sin duda fuel el lugar donde mejor me sentí en todo el viaje, era como estar en mi casa. Estando charlando con María llego el papá y me echo un indirectazo supremamente directo, que no entendí, por lo que María tuvo que salir al corte y defenderme. Me despedí muy gentilmente de todos y a eso de las 8 de la noche tome mis tres maletas y salí de su casa, debía caminar como tres cuadras para encontrar el lugar donde tomaría el bus, lo hice con cautela y como buen colombiano, con desconfianza aún sabiendo que allí no pasaría nada. En ese lugar había un Cyber por lo cual pague media hora para escribirle a mi familia y a Jane. El dueño del lugar me pregunto por mi procedencia y al ver entrar dos chicas las ofreció para que me enseñaran la ciudad,
desafortunadamente estas eran de las pocas feitas en Argentina, por lo que solo me reí y me hice el loco.
El bus me dejo a unas pocas cuadras del obelisco, cuando llegue allí no tuve mas remedio que tomar un taxi, ya había recorrido la distancia a pie dos veces y aunque no era tan lejos, si me parecía algo arriesgado hacerlo. Llegue a la casa de Kershak y me acompaño al hostal ubicado en la siguiente cuadra, era un lugar bonito y aseado, solamente podían hospedarse estudiantes extranjeros por lo que me tranquilizo bastante, había decidido pagar tres noches allí. Deje la maleta y salimos a comer, era el momento de probar el famoso asado argentino ó parrillada como lo vendían en el restaurante al que fuimos.
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