miércoles, 22 de octubre de 2008

Final, no va más

Ya era de día cuando abrí los ojos, apenas había amanecido y estábamos llegando a Mendoza, al terminal donde se recogerían nuevos pasajeros. Allí debíamos hacer adicionalmente una parada de una hora (que fue de un poco más) para revisar mecánicamente el bus y ahorrarse el desayuno que nos habían prometido al venderme el pasaje. El panorama me indicaba que estaba cada vez más cerca de casa, Los Andes se dejaban ver con su majestuosidad. La azafata nos acompañaría hasta allí, por lo que ahora un azafato se encargaría de nosotros durante las siguientes 8 horas de viaje. Estuve recorriendo de un lado para otro el terminal y entre al baño, no había tarifa fija, solo una toalla llena de monedas donde uno dejaba lo que quería, una persona vigilaba desde dentro, era bastante incomodo.

Nuevamente arrancamos y aunque había más personas, a mi lado no había nadie, por lo que podría viajar tranquilamente. Decidí dormir otro rato, era demasiado confiado, aunque Kershak me había hablado de lo peligroso que es viajar en ese tipo de buses por el alto índice de accidentalidad. (Recordé que el día que llegué a Buenos Aires un bus de la misma empresa en la que en ese momento viajaba se había volcado) Me desperté, estábamos por subir la cordillera de Los Andes, por lo que me aliste para disfrutar de ese espectáculo por última vez. En esta ocasión el azafato nos iba informando y dando datos sueltos sobre las montañas y montes famosos de la cordillera, entre ellos “los caracoles”, una carretera diseñada para subir una gran montaña en la que entre mas arriba estas, puedes ver todo el camino que has recorrido. Casi media hora estuvimos allí, el día era soleado y se podía ver todo con facilidad, la gente al igual que yo, miraban asombrados el paisaje. El Cerro Aconcagua (el pico más alto de America según la wiki) se veía imponente así no estuviese tan cubierto de nieve como hace unos pocos años, igual se acercaba el verano y de ahí sus consecuencias. El día era perfecto y disfrute muchísimo el recorrido, por fin uno de mis planes había salido como yo lo deseaba.

Finalmente, llegamos al paso fronterizo “Los Libertadores”, era el momento de descansar los pies en tierra firme mientras hacíamos la fila para mostrar los pasaportes en las dos aduanas y alguna maquina revisaba las maletas. Me decidí a tomarle una foto al numero del bus para no perderlo (189), yo tenía esa paranoia de que me podría quedar allí y el vuelo saldría en 12 horas aproximadamente. Habían varios buses, pero el azafato que era bien vivo, consiguió que nos atendieran primero, hicimos una fila primero en la aduana argentina, allí nos sellarían el pasaporte. Cuando llegué el policía comentó con su compañero mi nacionalidad y a continuación me dijo: ¿… y no traes café blanco? Yo lo mire como un culo y le dije que no, me entrego el pasaporte rápidamente. Pase algo contrariado a la próxima fila donde me dieron la bienvenida muy formalmente. Recordé que tenía el mismo saco que le había prestado a Kershak la noche anterior, aún olía a marihuana, y pues ustedes entenderán un colombiano y con ese aroma. El perro empezó a olernos y a nuestras maletas pequeñas, unas señoras le dieron caricias al perro, no detecto nada cuando paso junto a mí.
Todo resulto bien o al menos eso fue lo que pareció cuando nos dieron la autorización de subirnos al bus. Avanzamos unos metros para salir del parqueadero pero nos detuvimos. El azafato andaba de un lado para otro algo angustiado. Finalmente se subió al bus, llego al segundo piso y nos contó que habían encontrado a alguien sospechosos en el bus, al parecer tenia algún tipo de requerimiento judicial, por lo que no podría salir del país. Estaba bastante enfadado, se quejaba del trato que estábamos recibiendo, al parecer todos éramos sospechosos, y yo gracias a mi nacionalidad, sentía aún más paranoia. Ya le había pasado algo similar y las autoridades habían dejado el bus allí durante 12 horas. Al escuchar eso, me entro mucho miedo, yo tenía el tiempo justo, me imagine corriendo al aeropuerto o teniendo que pagar un costo adicional por haber perdido el vuelo.

Finalmente arrancamos, solo tuvimos que esperar una hora allí. No imaginan cuanto descanse cuando el bus se dispuso en camino a Santiago de Chile. Empezamos a bajar la cordillera, daban una película de acción protagonizada por Nicolas Cage en los televisores del bus, estaba interesante, algún próximo estreno, definitivamente era un dvd pirata. La película no había terminado cuando llegamos al terminal en Santiago, ya eran las 2 de la tarde y no nos habían dado almuerzo, no estaba contemplado en el itinerario. Algunos nos quedamos esperando el final de la película, no faltaba mucho dijo el azafato, no termino bien. Recogí mis maletas y empecé a buscar un teléfono para llamar a Paulina. La parte del terminal en la que estaba era la misma en donde había recogido a CH cuando llegó, como ya lo conocía lo recorrí sin problemas.
Encontré un teléfono público y llame al celular a Paulina, le conté que estaba nuevamente en Santiago y que mi vuelo salía en la madrugada y que quería comprar una pava de la U de Chile, ella me dijo que la esperara allí. Casi media hora después llegó, estaba acompañada de un muchacho de un aspecto singular, tenía unas "chanclas" casi alpargatas. Se dirigían hacia Maipu y al ver todas mis maletas, me sugirió que me fuera a su casa y dejara todo allí mientras tanto. El camino ya lo conocía, tenia que tomar el metro, hacer un transbordo y luego caminar algunas cuadras con mis tres maletas, sabia que nada podría ocurrirme ahora que estaba en Santiago de Chile.
Terminal
Paulina

martes, 21 de octubre de 2008

Adiós Buenos Aires, hasta la próxima

Me levante como a medio día totalmente destruido, me sentía mal, tenía un guayabo increíble, de esos que me dan a mí. Estuve como dos horas acostado haciéndome el dormido pensando en mi regreso y muchas cosas más, no tenía muchas ganas de dar la cara después de la vomitada de la noche anterior, además que por la pelea con Kershak yo no andaba de muy buenas pulgas con él. Su hermano mayor había dormido en la cama justo a mi lado y cuando se dio cuenta que yo estaba despierto me empezó a hablar, me aconsejaba muy tranquilamente sobre los peligros de los excesos y de Dios, yo lo escuchaba con respeto, sin embargo su madre le gritaba desde la cocina que me dejará en paz, que esa no era una iglesia, yo no reaccionaba todavía.

Cuando por fin desperté, recordé que ese domingo se celebraba el día de la Madre, lo primero que hice fue felicitar a la mamá de Kershak con un abrazo. La familia tendría un almuerzo en casa con motivo de esta celebración y yo, aunque colado, tendría mi puesto en ella. Nos sentamos a almorzar pasta, me sirvieron una porción gigante y una copa repleta de vino, al final no pude con todo el plato ¿Lo pueden creer? Kershak se comió lo que yo había dejado. El almuerzo fue complicado, nunca me podré acostumbrar a las discusiones familiares.

Me salí de la casa, deseaba estar solo. Fui en busca del Cyber de confianza, tenía muchos deseos de hablar con Jane y de felicitar a mi mamá, estaba cerrado. Empecé a caminar por todo el barrio, tratando de mantener cierto orden para no perderme, al fin conseguí un lugar y me pude conectar, le confesé a Jane que volvería antes de lo que le había dicho, le dañe la sorpresa, le conté de lo aburrido y pobre que andaba, la mamá de Kershak me había dado la plata para poder comunicarme con ella. Alcance a saludar a mi madre y darle las felicidades. Las calles estaban solas, tenía que ir a alistar maleta para partir, por primera vez.
Diego ya estaba en la casa esperándome, después de alistar los últimos detalles y de despedirme de la familia de Kershak salimos los 3 para el terminal El Retiro. Esta vez decidieron que lo mejor que podíamos hacer era irnos en el Metro, así lo conocería aunque sea por ultima vez. La distribución de los asientos era muy distinta al del metro de Santiago, y aunque estaba muy limpio, no lo llegue a disfrutar. Además dos argentinos enormes, mala carosos, nos miraban y a mis maletas, yo sentía que en cualquier momento se pararían a darnos en la jeta para robarnos, y entre Kershak, Diego y yo no creo que hubiéramos hacer mayor diferencia.
El terminal El Retiro es grandísimo, no me di cuenta el día que habia llegado, cuando por fin ubicamos el bus en el que me iba a ir, nos sentamos a esperar y a charlar los últimos detalles pendientes, le agradecí por todo y me despedí con un abrazo, Kershak me pego unos gatos por unas deudas de hace años (unos chistes malos que le conté). En la primera llamada del bus me subí y desde la ventana les di el último adiós. Fue la ultima vez que hable con Diego, pensé que sería la ultima vez que vería a Kershak, lucía la camiseta de defenza que le regale y la gorra amarilla que me quito, espero que un año después este bien, él. Obviamente yo estaba sentado en el segundo piso del bus.

El bus estuvo allí un buen rato, pero finalmente arranco. Apenas salimos del terminal pude darme cuenta del sector al que me había referido antes en esta misma entrada, definitivamente era algo que no había conocido de Buenos Aires, era esa cara oscuro, esa cara naturalmente latinoamericana que durante los días que viví allí, nunca pude ver, parecía que los hubieran escondido, como cuando Bush llegó a Bogotá. Sentí nostalgia, siempre es feo partir, pero mi deseo de ver a mi familia y a mi Jane, la borraron desde adentro, solo me quedaba disfrutar a través de la ventana la vista y despedirme de la ciudad con un hasta pronto.

Son 21 horas de viaje, 21 horas estaría encerrado en ese bus hasta llegar a Santiago de Chile, sin embargo las películas y la vista ayudarían con eso. El almuerzo en la casa de Kershak había sido suficiente, pero el hambre ya asechaba, recorríamos miles de kilómetros a alta velocidad, y mi estomago empezaba a crujir. Afortunadamente la azafata nos anuncio la hora de la comido por lo que nos sirvió a cada uno de los pasajeros una bandeja con alimentos, no se si tenia mucha hambre, pero me supo delicioso y me lo comí todito. Con la barriga llena dormí todo el camino hasta atravesar todo el país. La ultima vez que mire por la ventana esa noche, estaba totalmente oscuro, ningún auto viajaba en sentido contrarío al nuestro, y los cultivos de uvas solo eran un dibujo en la mente, sabía que estaban allí, pero no se veían, solo los podía imaginar.

lunes, 20 de octubre de 2008

Pelea Monumental

Me desperté mal, me quedaban dos días en Buenos Aires y no había conocido la cancha de River Plate. Todavía quedaban muchas cosas por hacer y el dinero se acababa. Me levante y le dije a Kershak que lo primero que quería hacer era ir a Nuñez, tenía que ir al Monumental como sea.

Por fin llegamos, era rarísima la sensación que tenia. El estadio era enorme, magnifico, majestuoso y lo mejor de todo: circular. EL MONUMENTAL estaba frente a mí cargado con toda su historia para la hinchada Millonaria y por que no colombiana también, fue justamente allí donde nuestra selección derroto a los gauchos por 5 goles a 0. Ese mismo estadio donde de la mano del ENORME Enzo, River Plate conquisto su última Copa Libertadores ante el equipo del cartel de Cali, y actual miembro de la lista Clinton.

El estadio era muy grande, se me hizo altísimo y muy chévere, apenas vi Rivermania me entre sin pensarlo dos veces, era la tienda oficial del club y quería comprar muchas cosas. La tienda era muy cheverisima, a donde miraba encontraba cosas de River Plate; banderas, vasos, ceniceros, camisetas, busos, sudaderas, chaquetas, gorras, cepillos de dientes, billeteras, en fin, de todo un poquito. Yo caminaba de un lado para otro mirando los precios de lo que mas me gustaba, lucía mi camiseta de Millonarios orgullosamente. Compre algunas cositas para mí y con la intensión de venderlas cuando llegará a Bogotá.

La suerte no estaba de mi parte, ese día se presentaría después de 10 años Soda Stereo, por lo que las calles estaban cerradas así como el museo y la posibilidad de ingresar a la cancha era nula. La boletería estaba agotada desde hace mucho tiempo y a esas horas de la mañana ya había personas haciendo fila. El trío argentino hacia la prueba de sonido en ese momento, ya tenía que partir, pero me sentía muy feliz por fin había podido hacer lo que quería, a pesar de la pelea y del concierto.

Partimos de Núñez en un taxi, me fui mirando el estadio hasta que las calles me lo permitieron, nos dirigíamos a un sector comercial, donde podría adquirir las camisetas de River Plate, ya que en Rivermania estaban agotadas por el superclásico del fin de semana anterior. Habían grandes tiendas deportivas, busque por todos lados la camiseta roja que Monacho me había encargado, finalmente la conseguí y compre la clásica para mí. Pasamos por un centro comercial donde vendía música, intente conseguir allí el disco de animinimalista que tan difícil me resultaba conseguir, finalmente fracase también, pero por lo menos vi ideas muy originales de decoración. Era el momento de comprarle algo especial a Jane: una gran caja de alfajores para ella sola.

Almorzamos en la casa de Kershak y nuevamente salimos, era el momento de despedirme de María y su familia. Llegamos a La Paternal, estaban todos afortunadamente, les entregue una torta que les llevaba y después de presentarles a mi amigo nos sentamos a charlar un poco, ojala pudieran visitarme alguna vez en Bogotá, me trataron súper bien en esa casa. María se iba de rumba pero quedamos de encontrarnos mas tarde en la noche, mientras tanto nos iríamos con el mejor amigo de María; José a Palermo Soho (lugar de farra asegurada) a tomarnos unos tragos en algún sitio, desafortunadamente entre Kershak y él organizaron algo y yo no me di cuenta. Me saque fotos con todos, les di un abrazo enorme y salí acompañado de mi amigo y el de María.

Llegamos a la casa de José, vivía en unos apartamentos muy cerca de los bares y boliches del Soho, sin embargo ni Kershak ni yo entramos a su apartamento, él si y después de un rato salio con una botella de Gancia. Pensé que saldríamos a buscar un lugar en la calle, pero no, empezaron a subir hacia la azotea, habían cuadrado ponerse a fumar marihuana allí, era nefasto, mi última noche en Buenos Aires no podía terminar de peor manera. Pensé rápido, no había manera de salir de allí, me tome media botella de ese trago de un solo sorbo, cuando acabe, los dos drogados me aplaudieron, yo respire y me sentí mal.

Empezamos a bajar las escaleras hacia la calle, yo iba de ultimo y chocaba contra los muros, estaba completamente ebrio, me miraba mi camiseta de Millos y sonreía. Cuando me di cuenta estaba agarrado de una señal de transito vomitando en la calle, Kershak me decía que me controlará porque había un policía allí, alcance a recordar que vomitar no es un delito y continué.Tomamos un taxi, recuerdo que paro tres veces a que yo vomitará, cuando llegamos a casa, nuevamente vomite, el papá de Kershak me preguntaba algo y yo solo le decía que estaba bien.

domingo, 19 de octubre de 2008

Alistando la vuelta

Kershak, Diego y yo, nos dirigimos a la oficina de Copa Airlines ubicada en uno de los extremos de Puerto Madero. Habíamos tomado un bus el cual durante su recorrido me dejo mirar a lo lejos la Casa Rosada, hogar donde vive el presidente de ese país, y algunas banderas cercanas en tono de protesta permanente. Cuando nos bajamos del bus, me dijeron que estábamos cerca al teatro Luna Park, lugar donde los más grandes artistas locales presentan sus discos y se consagran verdaderamente ante un público realmente exigente. Sin embargo, yo no lo alcanzaba a ver bien, solo veía una equina y un aviso de Coca Cola, supuse que era allí pero seguí mi camino.

Había enormes edificios de oficinas, pude ver el de Microsoft y Diego me mostró especialmente uno, yo no le di mucha bola pero insistió demasiado, era una gran edificación construida por el mismo arquitecto argentino que construyo las Torres Petronas en Malasia (eso fue lo que dijo Diego), yo no le vi mucha gracia aunque si era muy bonito, prefería ver a las personas y su comportamiento, le encuentro mucho mas sentido a los movimientos, seguramente por mi formación académica y mi singular modo de ver la vida (No pues tan loco, tan singular). En esta parte de Puerto Madero había bastantes botes, pequeños pero elegantes, en medio del agua, estaban como estacionados con las velas recogidas. Me pareció simpático que desde un punto de allí median en kilómetros las distancias a diferentes ciudades del mundo (3151 Km. hasta Lima), me sentí muy lejano de mi casa, de mi familia, de Jane. Buscamos la dirección a la que íbamos, era un edificio y solo podía entrar yo, pase rápido. Sentí un alivio al estar sin ellos, el humo del cigarrillo ya me tenía aburrido, dure un poco más de una hora en la oficina de Copa Airlines arreglando el pasaje, pague lo adicional además de molestar un poco con las encargadas, quedo todo listo, pronto me iría a Bogotá. Cuando baje ellos estaban sentados en unos grandes sofás esperándome, les dije la fecha y el lugar del cual partiría y por esa razón ahora deberíamos ir al terminal de buses a comprar mi pasaje a Santiago de Chile.
Kershak sugirió que camináramos hasta allí, de esa manera me algo de dinero. Durante el recorrido pude ver un contraste bastante raro, primero el tren silencioso; un medio de transporte masivo amarillo que recorre la ciudad rápidamente sin mayores complicaciones. Por otro lado, después de caminar algunas calles, nos encontramos en medio de un atolladero de automóviles, buses y camiones que en pedazos nos dejaba un pequeño transito para caminar, el cielo es enorme pero no hay posibilidad de mirarlo.

Caminamos como media hora hasta que llegamos al terminal, por la parte donde entramos la gente era humilde, había muchas ventas y personajes populares, era ese otro lado de Buenos Aires, el de la gente de verdad, tal como en Bogotá. Entramos a El Retiro y busque alguna empresa famosa para comprar el ticket, desafortunadamente casi ninguna viajaba a Chile, por lo que tuve que buscar la que mejor se acomodara a mi presupuesto y horario, la elegida fue CATA. Mi vuelta a casa ya estaba establecida, ahora solo me quedaba intentar disfrutar el tiempo que me quedaba, luchando contra viento y marea.

Después de recorrer nuevamente la Galería Bond Street y las calles peatonales del Microcentro, y comprar algunas cosillas para la familia, la noche termino con una extraña comida en casa de Kershak: Arroz con leche y queso. Ya no había dinero para el hostal, por lo que me quede en la casa de mi amigo.

18 de Octubre de 2007

La verdad no me acuerdo a que horas me desperté, pero apenas lo hice me bañe, me vestí y salí del hostal para la casa de mi amigo. Allí me dieron de almuerzo unos muy sabrosos ravioles con Tuco (mondongo), luego mande lavar toda la ropa sucia que tenia, era muy barato y no se demoraba tanto, eso si no quedaba muy limpia que digamos.

El dinero se me estaba agotando por lo que la vuelta era inminente y antes de lo que yo pensaba. Desde un teléfono público me dispuse a hablar con el call center de Copa Airlines para conocer el procedimiento que debía seguir para obtener mi pasaje de vuelta, sin embargo la atención y respuesta fue malísima, todo lo que me habían dicho cuando me vendieron el tiquete hace mas de 20 días era falso y ahora me tocaría pagar mucho más para irme la fecha que quería. Mi molestia era considerable, pero no tuve más remedio que anotar la dirección de las oficinas en Buenos Aires para llevar a cabo la transacción.

Llegue al rato a casa de mi amigo y seguía mal, necesitaba dormir un rato por lo que me senté con el papá a hablar un rato, era Riverplatense y se molesto cuando le dije que quería ir a ver la bombonera. En la televisión estaban dando Cuestión de Peso, recordé que cuando estaba en Córdoba Mariana se reía mucho de como me burlaba de los gordos. ¡Malditos gordos!

No recuerdo la hora, pero ya había pasado mucho rato y Diego estaba con nosotros, tuve que comprar algunas pilas Rayovac para tener imágenes del momento. Esperamos el bus como 20 minutos y partimos hacia La Boca. Yo no iba prevenido, sin embargo el barrio no me gusto, aunque seguía el patrón de los demás barrios, este era sucio y viejo, además que muy poca gente circulaba por allí haciéndolo un poco triste. Kershak me repetía que tuviera mucho cuidado porque el barrio era peligroso y en cualquier momento saldrían a robarnos. Quería asustarme y finalmente lo logró.

Llegamos a La Bombonera y lo primero que note fue una cama en una de las entradas, en toda la esquina, me pareció increíble que en la casa del múltiple campeón de copas libertadores se permitieran este tipo de proceder, ni siquiera en las dos cancha que había visitado antes, había visto algo similar. Otro punto menos. Por cierto, la cama no estaba abandonada, parecía ser el lugar donde pasaba la noche algún indigente. Si quieren ver la foto solo escríbanme a defenzor@gmail.com y con gusto se las enviare.


La Bombonera es un estadio cuadrado al cual no se le puede dar la vuelta completamente, esta pintado principalmente de amarillo aunque el color ya esta bastante pálido y por eso hay un gran aviso que anuncia una próxima y necesaria remodelación. En el costado donde se encuentra el estacionamiento se puede ver como debería ser, la cancha mejora mucho estéticamente. Caminamos observando las diferentes imágenes pintadas sobre la historia de Boca juniors, incluyendo la llegada del barco sueco a La Boca.
Sin hacer drama, me considero una persona de mala suerte. El jueves era el único día que entrenaba el equipo en su cancha, por este motivo, el museo y recorrido a través de la cancha y de sus camerinos, estaba cerrado. Era esa la razón por la ausencia de turistas o vendedores, tuve que conformarme con ver el feo edificio cuadrado amarillo pálido en medio de la soledad. Visita fallida.

Cruzamos La Boca, Kershak y Diego sabían a donde me llevaban era al famoso Caminito. Cuando llegamos quede en shock, no había nada, todo estaba completamente cerrado y solo. Todos los espectáculos, vendedores, restaurantes y tantas cosas y actividades que se pueden encontrar allí, parecía que hubiesen desaparecido por el motivo de mi visita. Solo quedaba el camino empedrado rodeado de casas en madera de colores. La Boca no me daba nada ese jueves, solo la mala imagen y una sed de revancha equivocada. Lo ultimo que nos quedaba por mirar era el río mas contaminado del mundo, completamente azufrado expelía olores que molestaban mi nariz y afectaban mi rinitis, al fondo se escuchaban Los Fabulosos Cadillacs, se hacia tarde y ellos se preocupaban, yo andaba decepcionado.

Partimos hacia un colegio ubicado en Constitución, Kershak debía hablar algo sobre sus escritos con unas mujeres bastante entradas en años, yo no le veía mucho sentido a mi presencia allí pero ellos eran mi compañía y guía suponía que me llevarían a un lugar chévere. Sin mas que hacer compramos unas milanesas para Kershak y para mí y un emparedado de morcilla para Diego y nos fuimos a su casa a comer y tomar cerveza escuchando música. Diego vivía con su hermana y el novio, sus padres ya no estaban. La casa era vieja como todas las del barrio, pero bastante descuidada, Diego se había gastado la plata que sus padres le habían dejado y ahora no se como sobrevivía, tenia un gato.

Para hacer menos ruido los tres nos encerramos en su habitación, las paredes estaban muy mal y se sentía muchísima humedad. Kershak como siempre ya estaba destruido, se recostó y se quedo dormido, nosotros nos dedicamos a explorar los sonidos revolucionarios de Tool, Opeth y Fantomas, entre otros. Diego y yo teníamos bastante similitud en el gusto musical, por lo que mientras se acababa la cerveza rockiamos como si fuéramos amigos desde hace mucho. Se acabo la cerveza, desperté a Kershak y cada uno se fue a dormir.

viernes, 17 de octubre de 2008

Están muy locos de la cabeza

Me despertaron los golpes a la puerta y los gritos de Kershak, había venido con Diego a sacarme a la calle, me bañe rápido mientras ellos me esperaban. Ya casi era del almuerzo por lo que debíamos ir a su casa, había dormido mucho intentando recuperar el sueño de las noches anteriores. Diego y yo hablábamos de distintas cosas y tomábamos mate, mientras Kershak nos preparaba el almuerzo: Arroz con lentejas, algo parecido a arepas y pan francés. Debo contarles que el arroz en Argentina es diferente al que hace deliciosamente mi mamá, pero éste especialmente era bastante mazacotudo, pero al no haber desayunado y tan hambriento como estaba, (sin contar que lo había preparado mi amigo especialmente para mí), no tuve mas remedio que comérmelo.
Despues de almorzar Kershak y yo partimos para un lugar llamado Galería Bond Street, era un sector lleno de almacenes especializados en música y tendencias, muy similar al Eurocentro que había visto en Santiago de Chile, aunque mucho más grande y organizado. Lo recorrimos buscando algunos de los discos que quería, sin embargo nadie sabía nada sobre animinimalista. Al final compre dos discos de la legendaria banda de Hardcore: Otra Salida.
Pude ver muchas cosas realmente singulares, me pareció un buen lugar para pasar toda la tarde recorriéndolo, podía ver gente bastante rara, sobre todo en su forma de vestir, supongo que ese tipo de personas no serán muy comunes en mi país al menos en unos años. Andabamos de un lado para otro mirando cosas cheveres. Estando allí me entere que el próximo viernes tocaría la maquina suramericana de mosh a.k.a Nueva Ética, por lo que pague los 8 pesos para hacerme de una vez a una boleta de este magnifico evento. No me acuerdo donde estaba ubicada pero supongo que era cerca de Palermo, por lo cual era sencillo llegar nuevamente a Corrientes para partir a casa de Kershak.
De nuevo en Constitución fuimos a una pizzería reconocida en el barrio por vender su producto de una forma inusual. La "pizza rellena" consiste en introducir dentro de la masa todo aquellos alimentos que generalmente van encima. Compramos una entera y nos fuimos a casa. La verdad sabía buena, pero el sistema no funcionaba para mí. Comérmela era difícil, recordarán ustedes las dificultades que tengo para no untarme o desbaratar lo que me estoy comiendo. Después de reposar un poco y que Kershak se bañara, salimos nuevamente.

Nuestro destino era Puerto Madero, diría yo el lugar mas exclusivo que ¿conocí?, grandes y lujosos restaurantes, cafés y discotecas donde la gente se reúne a divertirse y donde se ven las mujeres mas lindas y exclusivas. Duramos caminando desde la casa hasta allá como media hora, bastante lento la verdad. Por el camino cruzamos por debajo de un puente donde dormían casi 10 indigentes, me pareció increíble que pasáramos por allí tan tranquilos a tan altas horas de la noche, no me imagino si me pusiera a hacer esas actividades en mi amada Bogotá. Cuando llegamos Kershak estaba destruido, no podía caminar mas y su cara era desastrosa, me dí cuenta que no llegaría mas lejos y no tuve mas remedio que sentarme en una banca a esperar que se pudiera recuperar. Después de mucho rato decidimos devolvernos sin conocer ningún sitio, la visita al fantástico Puerto Madero era aplazada para un futuro viaje.

De vuelta a casa pasamos por un edificio enorme, increíblemente grande, era la facultad de ingeniería, me dieron escalofríos. Buscamos alguna tienda abierta para poder comprar mate y algo de dulce para Kershak, encontramos una en una bomba de gasolina. Atravesamos San Telmo, otro gran barrio colonial lleno de bares, era muy similar a La Candelaria, pero mucho mas "gomelo" además de sin peligros. Ya era casi la madrugada y debía ir a mi hostal a descansar, hasta ahora me acordaba que mi amigo Kershak siempre me dijo que era un vampiro.

jueves, 16 de octubre de 2008

Soñando en un Hostal

Amaneció y desayune con mate cosido, era el mismo mate que toda la noche pero este era preparado en una olleta. Tenia la lengua quemada por que lo tomaban demasiado caliente pero definitivamente el sabor me había conquistado. Esa mañana llego Diego a la casa, yo ya había escuchado algunas veces de él, era el mejor amigo de Kershak. Nos presentamos y empezamos a charlar mientras mi amigo se duchaba, habíamos pasado la noche sin dormir, pero gracias al mate, aún estaba enérgico.
Salimos de la casa y pude ver la infraestructura del lugar, el edificio contenía pequeñas casas y era muy bonita y antigua, no la había visto por la oscuridad de la noche, pero ahora que era de día me daba cuenta de la arquitectura. Los tres nos dirigiríamos a Borda, un hospital psiquiátrico donde Kershak divulgaría su problema de salud alegando que era un peligro para sí mismo y así obtener algún tipo de tratamiento que le ayudara. Al llegar allí pude observar como un enfermo se arrodillaba ante un busto de Evita a rezarle, me asusto mucho y me pegue a Diego por si pasaba algo, uno nunca sabe con los locos. Sí lo sabre yo.
Los encargados no aceptaron las razones de Kershak, salimos indignados y resignados nuevamente a la casa, diego y yo hablábamos de música y recordábamos a Fantomas (me acorde de mi héroe), teníamos un gusto parecido, fue chévere. La casa de Kershak estaba ubicada en el barrio Constitución, un lugar humilde de mucho comercio y hasta una plaza de mercado pude ver. La gente hasta ahora se dirigía a sus trabajos, yo iba a su casa por mis cosas para partir hacia la de María.

Cuando llegué me regañaron por no avisar que no iría en toda la noche, ya era medio día y bastante apenado me daban almuerzo. Me dispuse a hablar nuevamente con Jane haber que pasaba, las cosas empeoraron y luego mejoraron, el alma me volvió al cuerpo. Salí a encontrarme con María en Palermo, allí compraríamos las cosas que ella quería enviarle a mi hermano y a una amiga y yo algunas de las que le llevaría a mi familia, amigos y Jane. Recorrimos todo el sector incluyendo algunas de las calles que hace dos noches había recorrido con Kershak, la vista era totalmente diferente, era un buen día y veía muchas chicas bonitas. De hecho, esa noche habíamos pasado por un centro comercial donde había un Mc Donalds abierto las 24 horas, me acorde de Juliana a.k.a huesitos y me la imagine sufriendo en los tipos de horario que ese restaurante debe tener para sus empleados. Allí también era el restaurante Locos por el Futbol. Le pedí a Maria que me ayudará a conseguir una torta para llevar a su casa en forma de despedida y agradecimiento por tantos días de posada y por el trato tan bueno que me dieron.
Fui por mis maletas y me despedí de todas, sin duda fuel el lugar donde mejor me sentí en todo el viaje, era como estar en mi casa. Estando charlando con María llego el papá y me echo un indirectazo supremamente directo, que no entendí, por lo que María tuvo que salir al corte y defenderme. Me despedí muy gentilmente de todos y a eso de las 8 de la noche tome mis tres maletas y salí de su casa, debía caminar como tres cuadras para encontrar el lugar donde tomaría el bus, lo hice con cautela y como buen colombiano, con desconfianza aún sabiendo que allí no pasaría nada. En ese lugar había un Cyber por lo cual pague media hora para escribirle a mi familia y a Jane. El dueño del lugar me pregunto por mi procedencia y al ver entrar dos chicas las ofreció para que me enseñaran la ciudad, desafortunadamente estas eran de las pocas feitas en Argentina, por lo que solo me reí y me hice el loco.

El bus me dejo a unas pocas cuadras del obelisco, cuando llegue allí no tuve mas remedio que tomar un taxi, ya había recorrido la distancia a pie dos veces y aunque no era tan lejos, si me parecía algo arriesgado hacerlo. Llegue a la casa de Kershak y me acompaño al hostal ubicado en la siguiente cuadra, era un lugar bonito y aseado, solamente podían hospedarse estudiantes extranjeros por lo que me tranquilizo bastante, había decidido pagar tres noches allí. Deje la maleta y salimos a comer, era el momento de probar el famoso asado argentino ó parrillada como lo vendían en el restaurante al que fuimos.