La Banda

Desperté como a las 11 AM, era domingo y estaba en Córdoba, Argentina, en la casa donde viven los voluntarios de la Fundación AFOS, compartiría habitación con CH los días que estuviera allí. Era el domingo del Superclásico (del futbol argentino) por lo que deberíamos buscar un lugar donde verlo, ya que en la casa, aunque había televisor el partido sería transmitido únicamente por TyC Max, un canal de cable.

Salimos de la casa, las calles estaban muy vacías, no se veía gente y todos los negocios estaban cerrados. CH que ya conocía el sector estaba intranquilo ya que no sabía donde podríamos ver el partido. Empezamos a caminar hacia el centro de la ciudad, seguramente allí encontraríamos algún lugar. Por el camino pude observar varios avisos pintados en las paredes que decían: AGÜERO ES PUEBLO y aunque no entendía, y pensaba que eran fanáticos del Kun, no me atreví a preguntar. Antes de llegar al río que separa el centro del barrio donde vivía CH encontramos un lugar abierto, una pequeña cafetería donde vendían empanadas.

Nos sentamos en una mesa contra la pared, el televisor estaba ubicado arriba y aunque un poco incomodo, podíamos ver el partido, además era el único lugar que quedaba. Pedimos empanadas y gaseosa, lastimosamente no había empanadas todavía y como no habíamos desayunado ni almorzado, la espera se nos hizo eterna. Hace mucho tiempo había escuchado que el día del Superclasico, el país se dividía en 2, por esa razón le pregunte a CH por el preferido de la gente de Cordoba. Él no tenia ni idea y todos los que estaban allí con nosotros no tenían camiseta de ningún equipo. Decidimos alentar a River Plate prudentemente para no meternos en lío.

El partido era muy disputado, aunque "El Millonario" llevaba la iniciativa por ser local, ejercía mucha presión por todos los sectores de la cancha. Tiro de esquina para River, doble jugada, cabezazo de Belluschi y pega en el palo. En la transmisión televisiva se escucho el ¡uuuuuhhhh!, en la tienda nosotros también lo dijimos, pero también muchos de lo que estaba allí. Esto me permitió pensar que la mayoría eran seguidores de River, pero cuando desarrollaba la idea apareció el confeso hincha de Millonarios: Radamel Falcao García.

Nos levantamos, gol de La Banda, golazo del colombiano, un corto abrazo y mucha tranquilidad ya que casi todos los que nos acompañaban en la cafetería sonreían por el golazo del Tigre. Llegaron las empanadas, ya era hora, sirvieron para celebrar el gol y el siguiente del ídolo Ariel “El Burrito” Ortega. Me tome la gaseosa, creo que era casi un litro para cada uno, por lo que quede algo embuchado, sirvió para llenar la barriga. El partido finalizo 2 a cero a favor del local, pero la mayoría de la gente no se fue, así que nosotros también decidimos esperar un poco más. Resulto que se transmitiría inmediatamente después el partido de los Pumas, selección nacional de Rugby, participando en el mundial de esa disciplina. Decidimos quedarnos a mirar, fue bastante interesante, se notaba que eran argentinos, jugaban realmente con garra, fue emocionante aunque CH se aburrió y nos fuimos en el medio tiempo.

De nuevo en la casa me presentaron a Diego, el dueño y encargado de la casa, un muchacho de la misma edad que nosotros, que se encargaba de realizar los contactos con los candidatos a voluntarios. También me presentaron a Tim, un chef estadounidense que vivía en Córdoba desde hace 1 año y que los visitaba usualmente. Muy buenas personas, me cayeron muy bien de inmediato. Esa noche fuimos a La Cañada, un sector a las orillas del río que circunda el centro de Córdoba, donde hay gran cantidad de bares y un ambiente de rumba bastante chévere. Me sorprendió que había mucha gente a pesar de ser domingo, nos sentamos a beber algunas cervezas, hacía 6 días no veía a una mujer realmente bonita, pero no alcanzaban a compararse con mí fabulosa Jane.