sábado, 4 de octubre de 2008

Clasificamos

Nos levantamos temprano, habíamos quedado de hacer muchas cosas antes del partido. Salimos en un taxi para el cerro San Cristóbal (lo que acá sería Monserrate), no era muy lejos, pasamos por el barrio sueco, lugar de rumba y grandes discotecas. CH vio un bar de reggae que le llamo mucho la atención. El cerro estaba en medio de la ciudad, era extraño ya que hacia donde se mirará se podía ver la Cordillera de los Andes.

Al llegar al cerro, tomamos el teleférico que nos llevo a la cima, allí habían unos kioscos donde vendían artículos turísticos a los turistas. Nos lamentamos por no llevar el escudo de Millos del S. Era un día nublado por lo cual no pudimos disfrutar la vista de Santiago, sin embargo el paisaje era ameno, extrañe Bogotá. En lugar del señor caído y una iglesia, en el cerro había una enorme estatua de la Virgen y un escenario distribuido de la misma manera de la media torta. Dimos una vuelta, tomamos unas fotos y volvimos a bajar.

Decidimos caminar el resto de la mañana bajamos por la Avenida Pio Nono, vimos muchos restaurantes que hasta ahora se preparaban para recibir a sus clientes, se notaba que eran agradables. Caminamos siguiendo instrucciones inventadas, por nosotros mismos y por gente de distintos locales comerciales. Pasando la Escuela de Abogados (Facultad Nacional de Derecho) pude llamar a mi casa y a mi Jane. Edificios y carros modernos se veían en este sector de la ciudad, así como monumentos históricos que simplemente observamos.

Estoy seguro que la mejor manera de conocer una ciudad es caminándola. Por fin llegamos a la Plaza de Armas, plaza principal de la ciudad. Allí se reunían diferentes tipos de pintores a vender sus cuadros en pequeñas carretas de madera. La plaza era rodeada por distintos edificios gubernamentales y una catedral manteniendo un estilo antiguo. Sin embargo, Santiago es una ciudad moderna, por lo menos comparada con los pocos lugares que conozco y por eso los edificios también están allí. Ya era la hora del almuerzo, y aunque los 3 tenemos gustos distintos por la comida, teníamos en común buscar un lugar que no fuera tan caro. Encontramos un buen restaurante, sin embargo la comida no tenía la sazón de la casa. Extrañe mi casa.

El S siempre ha sido desconfiado, por eso había dejado su trapo en el apartamento de unas señoras, después de almuerzo tuvimos que recogerlo. Lucho nos había dado el teléfono del hotel, así que lo llamamos desde allí para preguntar por las boletas del partido, especialmente para saber cual era la tribuna visitante, nadie contesto.
Al no tener respuesta decidimos ir a buscar cualquier boleta, el objetivo era asegurarnos de tener la entrada y para cuando estuviésemos allá veíamos como hacer para acomodarnos con la gente de Millonarios.

Llegamos a una tienda de discos donde había una taquilla con un aviso: “Boletas del partido: Estado 33”, 30 personas aproximadamente esperaban pacientemente en una fila, en la esquina un grupito de hinchas de Colo Colo hacían bulla. Les dije a mis amigos que se hicieran allí mientras yo entraba y preguntaba en la tienda, teníamos muchas dudas y no queríamos arriesgarnos a boletearnos y guerrear el trapo del S. El celador de la tienda me explico que allí no vendían las boletas que Estado 33 era el nombre y numero de la calle donde estaba ubicada otra de las tiendas y allí especialmente vendían las boletas del partido, tal como lo decía el aviso.

Les conté y salimos rápido para allá, en pocos minutos teníamos las 3 boletas de la tribuna Galvarino, la visitante del Monumental, resulto más sencillo de lo que pensábamos, estábamos felices pero todavía quedaban cosas por hacer. Las enormes calles peatonales nos facilitaron el camino. Debíamos dirigirnos al Eurocentro, un centro comercial de música y artículos para gente joven (algo similar a lo que hace unos años era Vía Libre) a recoger algo que el S debería llevar a Bogotá. Sin embargo, antes nos dio por conocer alguno de los famosos “cafés con piernas” que tanto habíamos oído hablar. El lugar era bastante raro, porque las chicas parecen pero no son primas de CH jajjaja.

El conocido del S en Eurocentro era un miembro de la SHARP hincha de Colo Colo, que tenia su propia tienda. Allí le entrego unos discos y algo de ropa, el S sabiendo que no tendría mayor oportunidad por ser su último día en Santiago, le hizo la compra de un saco para su novia. Adicionalmente, el S tenía que conseguir una camiseta del Colo Colo por lo que el calvo nos llevo por varias calles hasta llegar a la tienda oficial del club, ubicada en un edificio al mejor estilo de San Andresito. Luego, de vuelta en la tienda de Eurocentro, nos regalo parches de la barra y del equipo a pesar de saber que hinchábamos furibundamente por Millonarios, su rival de esa noche. CH y yo intercambiamos los nuestros. Nos despedimos entre burlas y declaraciones de victoria mutua. Todos sabíamos que después de esa noche no nos volveríamos a ver jamás.

La tarde se había pasado demasiado rápido y ya venia el partido, tomamos el metro para ir a la casa de P, el tiempo era suficiente para comer algo y cambiarnos, debíamos planear muy bien la manera de llegar y la manera de salir, mucha gente que sabía del porque de nuestra visita a Santiago nos hicieron advertencia de lo pesado que era la barra local. La ruta era sencilla; metro hasta Pedreros y luego por el centro comercial que ya conocíamos, de ese modo esquivaríamos a la mayoría de hinchas rivales. La pinta era la adecuada, sin embargo ya en el metro CH me decía disimuladamente que la camiseta se me estaba saliendo, yo trataba de esconderla mientras veía en cada estación como subían y subían mas hinchas albos.
No se como un hincha colocolino reconoció que el S no era parte de los suyos y lo siguió hasta el baño del centro comercial, nosotros que íbamos separados para no llamar la atención nos fuimos detrás, apenas el tipo entro a uno de las letrina le avisamos al S y pudimos salir de allí sin tener problemas directamente hacia al estadio.

"Todo lo que sucedio en el estadio; antes, durante y despues del partido, solo estará registrado en mi mente y en mis relatos orales"
Le dijimos al taxista que nos llevara al barrio Suecia, pero cuando estábamos en camino decidimos cambiar de planes, le pedimos que mejor nos llevara a una licorera que conociera. Al rato llegamos a una, estaban varios hinchas de Colo Colo comprando, por lo que nos vimos en la necesidad de pedirle el favor al conductor que se bajara a comprarnos el trago, de esa manera no reconocerían nuestro acento bogotano y nos evitaríamos problemas. El taxista accedió pero yo me baje con él, trate de no hablar, pero cuando vi que nos quedamos solos lo hice. Llegamos a la casa de P haciendo mucho alboroto, pagamos casi 20 mil pesos de taxi, pero hubiéramos pagado lo que fuera por habernos sacado de esa caldera que se estaba volviendo los alrededores del Monumental.

C y P se unieron a la celebración, ellas como hinchas furibundas de la Universidad de Chile, estaban muy felices por la eliminación de su clásico rival en la Copa Nissan Suramericana 2007. Teníamos varios litros de cerveza y varias botellas de Pisco que entre cantos, fotos y gritos de felicidad se fueron terminando. Los colombianos, creo yo, somos buenos para tomar, por lo cual el pisco con gaseosa no era suficiente para nosotros, pero al revolverlo con la cerveza, creando el inédito “pispola”, nos brindo lo necesario para embriagarnos al punto que queríamos. Lógicamente, las chicas chilenas se acobardaron con el extraño coctel. A la 1 de la mañana llego el taxi que debería recoger al S para llevarlo al aeropuerto, y este en medio de la celebración se despidió de nosotros y se fue completamente borracho para Bogotá D.C.

1 comentario:

Jancker dijo...

Los miles de lectores quedamos habidos de saborear la narracion de las incidencias del partido...

pero bueno, seguiremos atentos al resto de la emocionante historia "pololiando en los Andes"...